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la triple hélice
Helene Chang, en el artículo El modelo de la triple hélice
como un medio para la vinculación entre la universidad y
empresa, explica: «Este esquema es un modelo descriptivo
y normativo que establece las bases para el acceso al de-
sarrollo económico, a partir de la interacción efectiva entre
los tres sectores considerados como los más importantes
para acceder al desarrollo económico de las regiones y de
los países» (Chang, 2010). Este modelo plantea la posibili-
dad de integración armónica entre universidad, empresas y
Estado e invita a preguntarnos, cómo en este sistema cada
uno tiene un papel esencial en el fomento y la creación de
nuevas tecnologías que propicien la mejora y el desarrollo
de la economía.
Desde la perspectiva de algunas instituciones
educativas pioneras en el país se ha buscado, dadas las
exigencias de la sociedad y los mercados, la manera de
incorporar correctamente el modelo de la triple hélice. Un
ejemplo de ello es la Ruta N, un proyecto de Medellín, que
busca, a partir del trabajo mancomunado, la formación de
talentos, el acceso a capitales económicos, culturales y
científicos, la generación de la infraestructura necesaria
para consolidar procesos productivos eficientes y de
calidad, y el desarrollo de ideas y negocios innovadores
de acuerdo con las necesidades del contexto sobre el que
aplican.
Iniciativas como estas nos dejan dimensionar el
acelerado incremento de instituciones y empresas que se
han sumado a esta perspectiva, dado su conocimiento,
interés y convicción en los beneficios que conllevan a
una alianza estratégica; lo que nos permite afirmar, desde
nuestra propia convicción, que esta es la vía para apostarle
a un desarrollo económico integral de la nación, sin
desconocer los retos, y el trabajo que resta para lograrlo.
Por demás, extendemos la invitación para que otros
municipios, universidades y empresas privadas piensen
en las posibilidades que trae trabajar de la mano, y, por
consiguiente, hagan una apuesta por la innovación y el de-
sarrollo sostenible y sustentable, apoyados especialmente
en los «músculos creativos» y de gestión de proyectos que
representan las instituciones de educación superior.
un ecosistema de co-creación
Al consolidarnos como referente en conoci-
mientos y habilidades (creatividad, comuni-
cación, diseño, ingeniería en amplios campos
del conocimiento como la biología marina, di-
seño gráfico y publicidad), identificamos que
existen varios tipos de recursos que se deben
tener en cuenta a la hora de desarrollar un pro-
yecto. Por un lado, un conjunto de conocimien-
tos que nacen de la relación constante entre la
universidad y los diferentes contextos, es de-
cir, los conocimientos logrados que constitu-
yen un capital imprescindible para la sociedad
y el mercado, producto de estrictos procesos
de investigación y trabajo con las comunida-
des en las que se produce. Este recurso in-
material, pero altamente valioso, constituye
nuestros servicios e identifica correctamente
las necesidades de un ecosistema, una comu-
nidad o una empresa. Por el otro lado, está la
parte creativa, el conocimiento científico, que
ofrece soluciones varias, coherentes y perti-
nentes a los problemas referidos.
Ahora bien, cabe aclarar que el propósito
de esta propuesta no es ofrecer servicios de
conocimiento y creación desde la perspectiva
exclusiva de la universidad, por el contrario,
resulta más provechoso articular procesos de
identificación de problemas y construcción
de soluciones; por lo que fuimos conscientes
de que la única manera de ofrecer soluciones
realmente útiles y pertinentes, es trabajando
