La costa Caribe colombiana constituye uno de los territorios
más valiosos del país. Abarca un poco más de 132 288 km2
que tocan al mar Caribe a lo largo de una línea de costa de 1
779 km. Sus islas, en el margen continental y oceánico, suman
158 km de costas y playas adicionales. El mar Caribe y el con-
tinente reúnen cerca del 39 % del territorio nacional, aspecto
fundamental para el desarrollo económico y social del país.
Al interior de este vasto suelo y aguas marinas hay una amplia
riqueza social y cultural, un acelerado desarrollo económico
que, día tras día, se fortalece, contribuyendo con generosidad
al PIB y al crecimiento del país.
El mar caribe, inmerso en sus raíces, alberga una amplia
riqueza de recursos y ecosistemas naturales, entre los que se
cuentan ciénagas, lagunas, serranías, desiertos, playas, acan-
tilados, estuarios, manglares, arrecifes coralinos, praderas de
fanerógamas marinas y fondos blandos, por mencionar solo
algo de la bondad de la naturaleza hacia el hombre.
Todos estos paisajes terrestres, costeros y marinos, como
las comunidades, poblaciones y especies de plantas y anima-
les que allí habitan prestan un sinnúmero de servicios ecosis-
témicos. Por algo, en la actualidad, solo la región Caribe tiene
once parques nacionales naturales que buscan la conservación
y manejo responsable de este patrimonio de la humanidad.
Asimismo, es una región que alberga a más de 12’.000.000 de
habitantes y ello implica un sinfín de actividades que sustentan
a esta población, como —por ejemplo— la portuaria, turística,
minera, de tratamiento de aguas, que indefectiblemente tienen
algún tipo de impacto sobre las comunidades y sistemas.
Así, es como este documento muestra, con cinco estudios
de caso, el trabajo a nivel de consultorías que la Utadeo,
sede Santa Marta, hace con el fin de prestarle un servicio a
la industria, a las comunidades locales y a la sociedad, en la
valoración de esos impactos y los potenciales efectos sobre
los ecosistemas marino-costeros; por lo que, con talento
humano altamente capacitado en el campo de las ciencias
marinas, se propende dar bases para el manejo sostenible
y responsable de los recursos naturales y para la toma de
decisiones de los entes del orden nacional. En el siglo XXI
Caribe significa progreso y desarrollo social con respeto a
la cultura, las tradiciones y los recursos naturales, en el que
su conservación y uso responsable es fundamental para el
beneficio de la humanidad.
Andrés Franco Herrera,
PhD. Director, sede Santa Marta
Carta
al lector